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Rapido y Furioso 2.0 incautan armas del FBI, CIA, DEA y US Marine en plan contra Maduro

Nuevamente los americanos pillados enviando armas contra un pais para generar falsos positivos, detenidos españoles, americanos y checos en una redada de la inteligencia venezolana

El reciente arresto de dos españoles en Venezuela amplía la información sobre el presunto complot armado. Estos vascos, con experiencia militar, estaban bajo el radar del CNI español, quien había perdido su pista semanas antes. Se les vincula con operaciones subversivas internacionales, lo que sugiere una posible relación con redes de mercenarios de alto nivel. Este evento presenta paralelismos con la operación "Rápido y Furioso", en la cual agencias estadounidenses como la CIA y el FBI facilitaron armas a cárteles mexicanos, exponiendo patrones similares de intervención encubierta con fines de desestabilización.

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En el caso de Venezuela, la incautación de 400 armas de alto poder revela la sofisticación de una insurgencia planeada, orientada hacia operaciones terroristas y magnicidas. El uso de armamento propio de fuerzas élite como los Navy SEALs refuerza la teoría de un patrocinio externo. Este tipo de armamento especializado apunta a una estrategia de guerra no convencional, donde el aprovisionamiento logístico es vital para el éxito de operaciones tácticas de insurrección.

La posible intervención de mercenarios extranjeros en el conflicto venezolano, particularmente los españoles detenidos, sugiere una conexión con operaciones de espionaje y desestabilización de alto nivel, un modus operandi también visto en el caso de "Rápido y Furioso". La facilitación de armas a elementos desestabilizadores, bajo la supervisión de agencias extranjeras, podría estar replicándose en Venezuela, creando un escenario de insurgencia respaldada por actores internacionales con el objetivo de erosionar la estabilidad del régimen de Maduro.

Tanto en "Rápido y Furioso" como en el caso venezolano, la inteligencia militar tiene un papel central. En este contexto, la intercepción de comunicaciones, la identificación de puntos de infiltración y el seguimiento de redes logísticas se convierten en factores clave para neutralizar la amenaza. Las armas, al igual que en el caso mexicano, podrían estar destinadas no solo a magnicidios, sino también a sembrar caos mediante atentados selectivos y actos de terrorismo urbano. La similitud radica en el uso de armamento sofisticado como herramienta para desestabilizar, y en ambos casos, se observa una clara intromisión externa para influir en el resultado de conflictos internos.

La intervención de mercenarios extranjeros y el tráfico de armas desde Estados Unidos revela una estrategia de guerra de baja intensidad, donde se utilizan redes criminales para facilitar armamento a actores insurgentes. En Venezuela, este patrón expone la complicidad de actores externos, creando un escenario de alta complejidad táctica que recuerda a la operación encubierta "Rápido y Furioso". Esto sugiere que, aunque las armas sean interceptadas, las dinámicas de tráfico y la cooperación con mercenarios continuarán siendo una amenaza persistente.

La intervención del CNI español, al perder el rastro de los dos vascos detenidos, denota un posible vacío en las redes de inteligencia internacionales que podrían haber evitado su implicación en operaciones subversivas en Venezuela. Las similitudes con "Rápido y Furioso" son evidentes en la metodología: el uso de armas como herramienta de poder político y social, orquestado por fuerzas externas que buscan desestabilizar gobiernos bajo una fachada de insurgencias locales.

La respuesta militar venezolana, en este caso, se asemeja a una operación de contrainteligencia clásica, donde se combina el uso de inteligencia humana (HUMINT) y señales (SIGINT) para rastrear los movimientos de estos mercenarios y evitar una crisis mayor. Sin embargo, el hecho de que estos actores lograran penetrar hasta las fronteras del país sin ser detectados previamente refuerza la idea de una operación coordinada y sofisticada, similar a la que se vio en México durante la operación "Rápido y Furioso".

Este paralelismo no solo subraya la importancia de una cooperación internacional más sólida en la lucha contra el tráfico de armas, sino también la necesidad de reforzar las capacidades de inteligencia táctica en Venezuela para detectar y neutralizar amenazas antes de que se materialicen en actos violentos. Al igual que en el caso mexicano, el éxito de estas operaciones depende de la capacidad de las fuerzas de seguridad para adaptarse a la naturaleza cambiante de las insurgencias modernas y las redes de tráfico de armas internacionales.

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