El asesinato de Francisco Luis Correa Galeano, exmilitar colombiano y testigo clave en el caso del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, ha elevado la tensión en torno a una hipótesis inquietante: su ejecución fue un acto premeditado para silenciarlo. La rapidez con la que ocurrió el ataque, pocas horas después de su llegada a la cárcel de alta seguridad La Picota en Bogotá, plantea serias dudas sobre las circunstancias que rodearon su traslado. Este incidente revela una alarmante vulnerabilidad del sistema penitenciario colombiano, así como la posibilidad de colusiones entre algunos funcionarios y redes criminales que operan en el país.
La información disponible hasta la fecha sugiere que el asesinato de Correa podría estar relacionado con su testimonio en el asesinato de Pecci. Correa, quien había colaborado activamente con las autoridades para esclarecer el crimen, había señalado a Sebastián Marset y a Miguel Ángel Insfrán Galeano como los supuestos autores intelectuales del asesinato de Pecci. Marset, un narcotraficante uruguayo con un historial de actividades ilícitas en varios países de América Latina, ha sido vinculado a una extensa red de tráfico de drogas y lavado de dinero. Su implicación en el crimen de Pecci subraya las tensas relaciones entre el crimen organizado y figuras políticas de alto perfil, particularmente en Paraguay.
En cuanto a Sebastián Marset, su implicación en redes criminales ha trascendido fronteras. Se le conoce como líder de una organización transnacional dedicada al narcotráfico y el lavado de activos, con operaciones que se extienden desde Uruguay hasta Paraguay y Bolivia, con ramificaciones en Europa. Su red de contactos incluye a figuras políticas influyentes, como el expresidente paraguayo Horacio Cartes, quien también se ha visto involucrado en investigaciones sobre corrupción y vínculos con el crimen organizado. De hecho, Cartes ha sido objeto de sanciones por parte de Estados Unidos, que lo ha designado como una figura "significativamente corrupta" en un esfuerzo por desmantelar las redes criminales que operan desde Paraguay.
El asesinato de Marcelo Pecci en mayo de 2022, mientras se encontraba de luna de miel en la isla colombiana de Barú, fue un golpe devastador para la justicia paraguaya, especialmente porque Pecci lideraba la lucha contra el narcotráfico en su país. La ejecución de este crimen fue claramente coordinada, lo que sugiere la participación de redes criminales poderosamente organizadas. La muerte de Correa en circunstancias tan sospechosas, poco después de su colaboración con la justicia y de implicar a Cartes, parece ser parte de una estrategia para acallarlo y evitar que ofreciera más detalles que pudieran desentrañar las conexiones entre el narcotráfico y la política en Paraguay.
Además, la relación entre Marset y Cartes ha sido más que evidente en varios frentes. El tío del expresidente paraguayo, Juan Domingo Viveros Cartes, tiene antecedentes penales relacionados con el narcotráfico y, según informes, habría tenido vínculos con Marset. Las comunicaciones entre Marset y otros narcotraficantes brasileños, que están siendo investigadas por la Fiscalía de Paraguay, también apuntan a una red de contactos que incluye a empresas vinculadas a Cartes. Incluso el sector del fútbol, donde Cartes tiene intereses, ha sido señalado como uno de los ámbitos en los que Marset habría operado para facilitar sus actividades ilícitas.
Por si fuera poco, las denuncias sobre la inacción de agencias como la DEA y otras autoridades paraguayas en relación con la huida de Marset desde Bolivia a Paraguay en 2022 han suscitado fuertes críticas. Marset logró eludir un operativo de captura en Santa Cruz, Bolivia, y posteriormente se refugió en Paraguay, cerca de la frontera con Argentina. Durante este tiempo, las autoridades paraguayas no han proporcionado detalles sobre las acciones que tomaron en su búsqueda. Esta falta de transparencia ha alimentado las sospechas de que podría haber existido una colaboración, o al menos una descoordinación, entre las agencias de seguridad, lo que ha dificultado la lucha contra el narcotráfico transnacional en la región.
Es esencial tener en cuenta que, aunque se han identificado ciertos vínculos entre Sebastián Marset y Horacio Cartes, las investigaciones continúan y aún no se han confirmado de manera oficial todas las conexiones mencionadas. La naturaleza transnacional de estas redes de narcotráfico y la complejidad de las relaciones entre los actores involucrados hacen que este caso siga siendo un tema sensible y de interés internacional, especialmente a medida que las autoridades paraguayas, colombianas y estadounidenses intensifican sus esfuerzos para desmantelar las estructuras criminales que operan en la región. La muerte de Correa y la complicada trama de corrupción y crimen organizada que envuelve a estos individuos subraya la necesidad urgente de transparencia y rendición de cuentas en todos los niveles del sistema político y judicial de Paraguay y de sus países vecinos.
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